míseras en su crin,
me da miedo tocarte,
tan blanda y tan gris.
Miraba una mañana tu tinta amarga,
en letargo estaba, pero pensaba en ti,
hice un intento por volverte a sentir,
ansiaba el dolor que producían en mí.
Recuerdos amablemente escritos,
oscuros y amargos regalos están dentro,
a veces me desconcertó y pensé en vidas pasadas,
de tus hojas opacas, cuán terrible fue el fin.
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De esto sólo puedo decir que hace mucho no escribía nada, nada, así que perdona si está mal estructurado, pero era algo que necesitaba. Ya me he cansado del ritmo diario, de lo mismo siempre, de los números y la misma gente. De mi facultad y a muchas de mi carrera, en fin eso es otro cuento les contaré después.
Por cierto, me encantan los libros viejos, esos de editoriales que ya han incluso cerrado, el olor a viejo y a veces a moho- jajaja- la pasta dura, la encuadernación, prólogos, en fin...
¿Les gustan los libros viejos?
¡Feliz año nuevo!
¡Feliz año nuevo!